Tratamientos corporales

Aumento mamario. Reducción mamaria. Liposucción y lipoescultura. Cirugía estética del abdomen. Lifting de muslos. Radiofrecuencia.

Reducción Mamaria

Como su nombre indica, la mamoplastia de reducción se utiliza para reducir el tamaño de unos senos que son percibidos por la paciente como demasiado grandes para su constitución física. Este aumento del tamaño normal de los senos es tanto un problema estético como físico. El aumento de peso que acarrea el tamaño mamario aumentado, provoca una serie de cambios posturales, que pueden provocar desviaciones en las curvas naturales de la columna vertebral, con dolor de cuello y espalda crónicos. Así mismo, un tamaño mamario excesivo provoca otra serie de alteraciones menores, como heridas producidas por las tiras del sujetador, dolor mamario, erupciones cutáneas infra e intermamarias, y pérdida de sensibilidad en los complejos areola pezón. Finalmente, y en casos extremos, la hipertrofia mamaria altera en gran medida la calidad de vida, impidiendo realizar ejercicio, e incluso algunas de las actividades de la vida diaria.

La intervención de reducción de mamas técnicamente igual en los casos estéticos y en los funcionales, aunque en los casos funcionales puede haber algunas características especiales que el cirujano explicará preoperatoriamente a las pacientes. Como norma general, y exceptuando casos menores de hipertrofia, la cirugía, inevitablemente, deja unas secuelas cicatriciales, que son el principal inconveniente de este tipo de intervención. Dichas cicatrices están situadas: alrededor del complejo areola pezón. De ahí hasta el surco inframamario, y longitudinal siguiendo dicho surco, desde la parte lateral a la medial.

La intervención se realiza bajo anestesia general, en régimen de hospitalización, y habitualmente con dos días de ingreso. A las 48 horas se realiza la primera cura, retirando los drenajes, que pueden ser tanto espirativos como escondidos bajo el vendaje. Una vez retirado el primer vendaje, este se puede sustituir por unos apósitos pequeños en las zonas de las cicatrices y un sujetador postoperatorio especial. Después de esto, tanto los cambios de apósitos como las visitas postoperatorias son altamente variables, y van en función de la evolución particular de cada paciente. Los puntos de sutura, si existen, se retiran entre los 7 y 15 días, dependiendo de las circunstancias particulares de cada caso.

Durante las primeras semanas las molestias postoperatorias en la zona son mínimas, y se controlan con medicación. Se evitará hacer movimientos amplios con los brazos, y aunque podrá hacer una vida prácticamente normal, la paciente deberá evitar separar mucho los brazos del cuerpo.

Se deberá evitar el ejercicio físico durante el primer mes, en especial si el ejercicio requiere hacer movimientos amplios con los brazos.

A los seis meses de la intervención, se recomendará realizar una mamografía, que servirá como estudio basal, para comprobar los cambios mamográficos sufridos atribuibles a la intervención.

Una vez transcurrido unos meses tras la intervención, esta demostrado que muchos de los síntomas físicos asociados a la hipertrofia mamaria mejoran e incluso desaparecen.