Tratamientos faciales

Mesoterapia con micropunción. Envejecimiento cutáneo. Lifting cervicofacial. Blefaroplastia. Lifting frontal endoscópico. Rinoplastia. Botox. Peeling. Relleno de surcos y arrugas.

Blefaroplastia

Por blefaroplastia entendemos la cirugía plástica de los párpados. A medida que las personas envejecen, los párpados son una de sus principales quejas estéticas. En efecto, la mirada es una de las características que más nos acercan a una persona, y cuando esta se ve oscurecida por la presencia de bolsas o pliegues cutáneos, la impresión producida es engañosa, aparentando en ocasiones tristeza, y ocultando tanto los ojos como la expresión. Durante este tipo de cirugía por tanto, se eliminarán los pliegues cutáneos, arrugas y bolsas, aclarando la mirada y contribuyendo a un aspecto global mucho más rejuvenecido, aunque sólo se ha intervenido en la zona de los párpados.

Aunque como toda cirugía el procedimiento es adecuado a las características personales de cada paciente, por norma general la intervención en los párpados superiores comienzan con la extirpación de piel y parte del músculo que está debajo, dejando una cicatriz justo en el pliegue palpebral natural, con una ligera prolongación hacia el canto extreno del ojo. Después de este paso, se extirpa mayor o menor cantidad de bolsas (que no son mas que grasa orbitaria que protuye al perder parte del sostén con la edad) y se sutura.

Tras la blefaroplastia superior, el ojo no queda “achinado” a menos que este efecto sea buscado expresamente.

En los párpados inferiores, la incisión está situada justo debajo de las pestañas y se prolonga por el canto externo justo en el primer pliegue cutáneo. Tras levantar un colgajo de piel o de piel y músculo, se extirpan las bolsas, causadas igualmente por grasa orbitaria. Después se extirpa la cantidad de piel o piel y músculo que sea necesaria. En aquellos casos en que el exceso cutáneo no sea evidente (en particular en las pacientes más jóvenes) la extirpación grasa se puede hacer transconjuntival, esto es, por dentro del párpado sin cicatriz cutánea.

Tras la intervención, es notorio que ha habido una cirugía durante dos o tres semanas, plazo durante el cual se van suavizando el edema y las cicatrices cutáneas. Tras este periodo, tanto la expresión como el aspecto de reposo se van haciendo cada vez más naturales, hasta que tanto la intervención como las cicatrices son prácticamente imperceptibles.

Existen numerosas precauciones que hay que tener en cuenta tanto antes como después de someterse a una blefaroplastia, que serán analizadas por el cirujano. En particular, se presta mucha atención al grado de sequedad de los ojos, a la tensión que se encuentra en el párpado inferior, a la agudeza visual y a la altura de las cejas. En efecto, este último factor es de vital importancia en el aspecto general de la estética orbitaria, pues unas cejas demasiado bajas oscurecen toda el área, dando la impresión de un exceso cutáneo en los párpados superiores de forma artificial. En estos casos la blefaroplastia se complementa con una elevación endoscópica de las cejas. Por último, las arrugas en las patas de gallo no se eliminan mediante la blefaroplastia, y son tratadas mediante otros tratamientos complementarios.